Los rasgos “éticos” que le atribuye Miller a Lacan (en el sentido infrapolítico, esto es, desde una cierta voluntad de destrucción de la relación ético-política y hacia una “ética originaria” en el sentido del Heidegger de Carta sobre el humanismo–nada que ver con moralinas) pueden gustar o no, pueden ser resorte de identificación o de crítica, pero creo que conforman una figura de carácter superior a la ofrecida por Benjamin con su “carácter destructivo,” con la que sin embargo guardan relación. Son:
-no un justo; nada de atormentarse por un deber de justicia.
-sin relación autobiográfica.
-sin relación servil.
-con prisa.
-con riesgo.
-siempre un poco tarde.
-siempre hasta el final.
-sin buenas intenciones.
-sin más allá de la muerte.
-sin magnanimidad.
-sin universalización (todos salvo yo).
-queriendo ser otro a pesar de la ley.
-en el me panta, contra lo que vale para todos.
-contra el orden del mundo.
-sin dejarse contar.
-sin interés en causas perdidas.
-sin optimismo
-sin idealismo.
-sin confianza en el prójimo.
-contando solo con la fuerza propia, la que sea.
-indemne a narcisos y al narciso propio.
-sabiendo hasta dónde ir demasiado lejos.
-auténtico, no faux-cul.
-siempre en el secreto.
PostScriptum: Estos son los rasgos del “carácter destructivo” según Walter Benjamin (varios son incompatibles con el lacanismo, otros no tanto; otros coinciden plenamente):
1. crea obligaciones profundas en otros.
2. hacer sitio, despejar son sus necesidades definitorias. Más fuertes que cualquier odio.
3. La intuición del ser–el gran vínculo que abraza y unifica a lo que existe–tiene que ver con la reducción del mundo a su simplicidad radical, esto es, con su capacidad de ser destruido (y así ofrecer un resto).
4. Siempre trabaja, pues debe anticiparse a la naturaleza–o destruye el carácter destructivo o destruye la naturaleza. Así, urgencia, prisa.
5. Funciona sin imágenes–no le interesa qué vaya a reemplazar lo destruido. El espacio vacío es la imagen sin imagen.
6. Evita la creación. El creador precisa soledad, el destructor precisa en cambio testigos de su eficacia.
7. Expuesto a la charla vacua, de la que no se le puede defender.
8. Al destructor no le interesa ser comprendido. Al contrario, provoca la incomprensión, y la tolera.
9. El destructor lega situaciones, pues al hacerlas practicables las liquida.
10. Tiene conciencia radical de historicidad. Absoluta desconfianza en el curso de las cosas, y así disponibiilidad para entender que todo puede salir mal en cualquier momento. Por lo tanto, absoluta confiabilidad.
11. No cree en la permanencia. Así, ve posibilidades por todas partes. No reconoce obstáculos, sino caminos. Pero entonces tiene que quitárselo todo de en medio, y está siempre en una encrucijada. Reduce a escombro lo que existe no por amor del escombro sino por amor del camino que lleva más allá de él.
12. Vive porque suicidarse no merece la pena.
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